¿De qué forma está presente la integridad de la investigación en la comunicación de la ciencia? ¿Cómo responder cuando hay un cuestionamiento legítimo sobre la integridad?
Hablamos con Elena Lázaro Real, directora de la Unidad de Cultura Científica (UCC+I) de la Universidad de Córdoba (UCO), sobre la importancia de la integridad en la comunicación científica, las medidas para adelantarse y combatir sus faltas desde las instituciones, y la necesidad de profesionalizar este tipo de comunicación.
Pregunta (P): ¿Crees que se suelen abordar suficientemente las cuestiones relacionadas con la integridad cuando comunicamos ciencia?
Respuesta (R): Bueno, creo que nunca es suficiente, pero sí que creo que el oficio, que cada vez está más profesionalizado, sí que está abordando estos temas desde la comunicación institucional de la ciencia que realizamos en las Unidades de Cultura Científica. Es un tema en el que venimos trabajando, no solamente la Universidad de Córdoba, sino el resto, porque la comunicación científica se está profesionalizando y se está institucionalizando.
2. P: En 2023 conocíamos las faltas de integridad de uno de los investigadores más prolíficos de vuestra institución, ¿cómo gestionasteis la comunicación con los medios y el público con relación a ello?
R: Quien gestiona la relación con los medios es el gabinete de comunicación de la Universidad, aunque evidentemente nosotros asesoramos a nuestros compañeros de prensa. Pero sobre todo quien se puso al frente de la comunicación fue la Vicerrectora de Política Científica, María José Polo, que actuó como portavoz. Desde la Universidad se actuó en todo momento con transparencia, pero también con un absoluto respeto a los derechos de todas las personas implicadas, la Ley de Protección de Datos, el derecho al honor, ahí intervienen jurídicamente muchos temas. Hubo que ser muy cuidadoso.
3. P: La universidad de Córdoba tuvo una actuación rápida y ejemplarizante, suspendisteis de empleo y sueldo durante 13 años a este investigador. Esto permitió que fuese cubierto por los medios y explicar a la ciudadanía no solo los problemas, sino también las soluciones, mostrando que se toman medidas al respecto. ¿Cómo gestionasteis este proceso y su comunicación desde la Universidad?
R: Pues creo que fue muy importante este caso, porque creo que marcó un antes y un después desde el punto de vista de la comunicación. Hicimos mucha pedagogía y el caso de la Universidad de Córdoba y de la decisión que tomó la Universidad tuvo un efecto colateral que me parece muy interesante. Los periodistas científicos desde las Unidades de Cultura Científica pudimos explicar a la ciudadanía: cómo es el proceso, qué es eso de las revistas depredadoras, qué es esto de que los investigadores hacen su investigación y encima pagan para contarla... Como dice el libro de Juan Ignacio Pérez y Joaquín Sevilla, "Los males de la ciencia".
Nos vino muy bien para para poder explicarlo, y desde la Unidad de Cultura Científica trabajamos mucho con compañeros, con periodistas, para entender el proceso. Este tema sale en medios nacionales y lo toman periodistas que conocen de sobra cómo funciona la investigación científica y todo el proceso de generación y difusión y diseminación del conocimiento, esos periodistas lo tienen muy controlado. Pero luego está la prensa no especializada, que de pronto se entera de este tema, saben que hay una noticia y tienen que entenderlo. Ahí sí trabajamos mucho en el asesoramiento a los compañeros para que entendieran todo ese proceso.
4. P: ¿Qué decisiones tuvisteis que tomar a partir de entonces en cuanto a cómo comunicar la integridad adecuadamente?
R: Nosotros hemos implementado medidas. Contamos con el equipo técnico y una Subcomisión de Divulgación y Cultura Científica (que es una comisión experta, donde hay investigadores e investigadoras) y funciona como una subcomisión del Consejo de Gobierno donde se toman las decisiones importantes.
Hemos tenido muchos debates a partir de este tema, porque tenemos un sistema desde hace muchos años (2015, 2016 aproximadamente) sobre qué resultados comunica la Unidad de Cultura Científica. A nosotros la Unidad de Bibliometría nos pasa cada mes todo lo que publican todos nuestros investigadores, por áreas de conocimiento, nosotros extraemos los 5 con mayor índice de impacto y de cada área, eso lo revisa una comisión asesora. Es decir, hacemos un proceso selectivo de las noticias utilizando el criterio también de investigadores, asesores que conocen el área.
Las revistas que no han tenido buenas prácticas o que conocemos que no tienen buenas prácticas ni buenas políticas, aunque publiquen en ellas nuestros investigadores, no sacamos esas noticias. De hecho, la mayoría de nuestros investigadores ya no están publicando ahí porque publican en Open Science, tal y como te obligan en revistas éticas. Bueno, pues eso nos ha servido para revisar esos procesos.
No podemos vender humo, tenemos mucho cuidado con meter todo lo que vamos leyendo y conociendo sobre una comunicación ética de la ciencia, metemos factores correctores.
En la Universidad de Córdoba estamos promoviendo mucho una cultura de la divulgación y de la comunicación entre todo el personal investigador, que tiene en cuenta muchos aspectos y el de la ética es fundamental, claro.
5. P: Continuando con esta buena práctica de comunicar las soluciones y las reformas adoptadas por la Universidad, el año pasado se anunció que la UCO pondrá en marcha un Plan de integridad en la investigación. ¿Nos puedes contar un poquito más sobre ello? ¿Crees que tenerlo puede ayudar a gestionarlo mejor? ¿De cara al público y a los medios?
R: Sí, claro. Este plan creo que nos va a ayudar a seguir avanzando en esto que te decía. Es algo fundamental, pero no solo para la comunicación científica. El Plan es algo mucho más general. Está en proceso de redacción. Se va a abrir un proceso participativo para que la comunidad universitaria, stakeholders, ciudadanía y demás puedan opinar y participar en la mejora de este plan, con la intención de aprobarlo, antes de la primavera.
Yo estoy convencida de que nos va a ayudar. Solo que nos paremos a reflexionar ya hace mucho, pasa igual con la perspectiva de género. Cuando tú ya integras en tu manera de trabajar estos asuntos te sale de manera natural. Eso no significa que no haya que formarse ni reciclarse.
De estos temas sabemos y los abordamos, entre otras cosas, por iniciativas como esta de FECYT, la de Ciencia de la Comunicación Científica. Yo leo todo lo que publicáis porque es una manera de formarme. O la Asociación Española de Comunicación Científica, también para mí, un instrumento fundamental, porque me ha ayudado a mantener actualizadas estas cuestiones.
6. P: Vamos con la penúltima. ¿Qué recomendaciones podrías dar a otras Unidades de Cultura Científica para mejorar estas cuestiones?
R: A mí no me gusta darle consejos a nadie. Las Unidades de Cultura Científica solemos colaborar mucho entre nosotras contándonos experiencias y yo aprendo más de mis compañeros de lo que yo creo que yo puedo aportarles. Creo que más que una recomendación a las Unidades de Cultura Científica, se la daría a su jefe. Todos estos temas no sirven para nada, si tú no tienes una estructura suficientemente estabilizada y profesionalizada en la tarea de la transferencia social del conocimiento, que es para mí, un concepto más amplio que la divulgación o que solo comunicación científica (al meterle el apellido social deja claro de lo que estamos hablando).
Este asunto es demasiado importante en estos momentos. Vamos, creo que lo ha sido siempre, evidentemente, pero estamos en un momento crítico, con demasiadas amenazas cerca, que tienen que ver con la desinformación y la manipulación de la ciudadanía.
Entonces mi recomendación sería tener personal profesional y estable dentro de las instituciones científicas para desempeñar esta tarea, con los recursos suficientes. El primer recurso que necesitas para desarrollarlo no es un equipo informático, es una persona que sepa hacerlo profesional y éticamente. ¿Entonces, cuál es el consejo? Pues que metas periodistas científicos en la estructura y los estabilices. Verás lo bien que te va.
7. P: Y ya para finalizar, ¿cómo crees que pueden las instituciones optimizar la comunicación de la integridad de la ciencia y mantener la confianza? Porque hemos estado hablando de que ahora la ciencia está siendo un poco atacada, que está siendo afectada por esta desinformación, ¿cómo crees que se podría hacer esto?
R: La transparencia es fundamental, esa comunicación permanente con los medios de comunicación. Y ahora, gracias a las redes sociales, una la comunicación directa con la ciudadanía.
Abordarla profesionalmente, siguiendo los pasitos de manual que esto está muy estudiado, que hay que saberlo hacer, funciona. Y no tener ningún temor a contar los “males de la ciencia”; fueron Pampa García Molina y Toni Calvo que nos dijeron hace unos años: “hacen falta menos hooligans de la ciencia”. No podemos estar todo el día contando la ciencia como una actividad, divina ¿no? O sea, contamos la ciencia como si fuera magia. Y yo vengo de ahí, yo estoy segura de que cojo mis primeros reportajes de cuando estaba haciendo periodismo en el 97 y hacía reportajes sobre resultados de investigación y seguro que se me iba la mano con los adjetivos, de eso estoy segura. Pero bueno, una va madurando, leyendo, escuchando a las compañeras, los compañeros y el mundo va cambiando. Entonces creo que hay que cambiar la manera de narrar la ciencia.
Evidentemente, la confianza no la perdemos solamente porque no hagamos bien las cosas. También la perdemos porque sufrimos un ataque permanente. Es muy fácil atacar a cualquier actividad, desinformar, porque crear un bulo y una mentira requiere muy poco. Son cuatro ingredientes, usar bien las emociones, comunicarlo de una manera atractiva y no hacen falta los datos porque la gente quiere que le refuercen lo que ya cree.
Entonces lo nuestro es más complicado, porque tienes que comunicar complejidades y tenemos que gestionar muy bien y aprender. Yo creo que cada vez más la ciudadanía está un poquito más preparada para afrontar que no hay verdades absolutas y en la ciencia tampoco; que la ciencia es precisamente todo lo contrario.
Esta es mi verdad hoy, pero es que a lo mejor esta noche, cuando me acueste, hay otra verdad y no pasa nada. O sea, así es como avanzamos, ¿no? Entonces eso es muy difícil porque la gente quiere certezas, queremos certeza, que te digan que lo tenemos todo controlado. Desgraciadamente están pasando demasiadas cosas en este mundo que nos están ayudando a aprender a vivir con esa incertidumbre, con esa falta de certeza, eso ayuda.
¿Qué podemos hacer? Seguir trabajando y haciéndolo lo mejor que se pueda, intentando combatir los ataques que vienen de fuera y los que vienen de dentro. Porque la falta de recursos humanos y económicos para desarrollar esta labor, pues también es un ataque. O sea, nosotros pudimos comunicar todo esto muy bien porque había un equipo de gobierno comprometido con esto, porque estábamos preparados, porque el gabinete de comunicación de la Universidad de Córdoba es muy antiguo y profesional, porque teníamos el asesoramiento de periodistas científicos especializados, nos pilló preparados.
Más sobre Elena Lázaro Real:
Elena Lázaro Real es periodista, doctora en Historia y experta en divulgación y cultura científica por la Universidad de Oviedo. Promotora y actualmente directora de la UCC+i de la Universidad de Córdoba; miembro de la Comisión Permanente de la Red Divulga de CRUE Universidades y socia de la Asociación Española de Comunicación Científica.
En Ciencia de la Comunicación Científica hemos elaborado la "Guía para comunicar sobre integridad en la investigación" con el objetivo de promover una comunicación clara, responsable y eficaz sobre la integridad en la investigación científica. Este documento está dirigido a instituciones, comunicadores, personal investigador y periodistas, y ofrece recomendaciones específicas para cada perfil con el fin de fortalecer la confianza social en la ciencia y garantizar la transparencia en sus procesos.
