“Cazadores de Mitos” es un proyecto de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), cuyo objetivo es formar a estudiantes de educación secundaria en el proceso de generación del conocimiento científico para mejorar su capacidad de pensar críticamente.
Una intervención educativa guiada por la evidencia
Desde FECYT, en colaboración con los investigadores Helena Matute, Naroa Martínez y Fernando Blanco, llevamos a cabo una intervención para reducir las ilusiones causales y fomentar el pensamiento crítico entre estudiantes.
“La ilusión de causalidad es un sesgo cognitivo que consiste en creer que existe una relación causal entre hechos que no están relacionados causalmente. Este sesgo está asociado a la pseudociencia, los estereotipos, el extremismo ideológico y muchas otras creencias injustificadas y perjudiciales. Por lo tanto, es importante desarrollar intervenciones educativas para reducir esta ilusión, idealmente durante los años escolares, con el fin de proteger a las personas contra ella”, explica Helena Matute, investigadora principal del proyecto, en este artículo de la Agencia SINC.
El equipo de investigadores diseñó un taller educativo, basado en sus trabajos previos, dirigido a reducir las ilusiones causales. Durante el taller, de hora y media de duración, y usando técnicas similares a las que se usan para vender productos milagrosos, el alumnado podía probar un anillo capaz de mejorar sus capacidades físicas y cognitivas. Todas las pruebas que mostraban sus mágicas propiedades se producían en situaciones que no permitían comparar sus efectos con una condición de control (por ejemplo, sin el anillo puesto). Una vez convencidos de sus bondades, en la segunda fase del taller se explicaba el engaño y los errores de razonamiento que llevan a confiar en sus propiedades milagrosas, haciendo hincapié en la metodología científica como forma de evitar dichos errores. Por último, a través de una prueba de ordenador similar a un videojuego, se medía la ilusión causal de los participantes.
Esta intervención se evaluó inicialmente en un estudio piloto con 300 estudiantes Posteriormente, se llevó a gran escala con más de 5000 estudiantes de 2º y 3º de la ESO de toda España, y se realizó un seguimiento a los seis meses con parte del alumnado.
Para testar la intervención se dividió al alumnado en dos grupos, de forma que la mitad de ellos realizaba un taller educativo sobre nanotecnología (grupo control) y la otra mitad el taller diseñado por el equipo investigador (grupo experimental). Para que todos pudieran beneficiarse de esta intervención, el grupo de control realizaba el taller sobre pensamiento crítico después de haber realizado la prueba para medir la ilusión causal.
Este verano se han publicado los resultados de la investigación en la que se probó que intervención era efectiva para reducir el desarrollo de ilusiones causales. El 78 % del alumnado mostró una ilusión causal más reducida, en comparación con el grupo de control, que no había realizado aún la intervención. Esta reducción se mantuvo en el tiempo, ya que pasados seis meses un 66 % de los estudiantes que habían realizado la intervención en el estudio inicial seguían mostrando menos ilusión de causa-efecto.
Además, el aprendizaje se generalizó también a diferentes situaciones, no solo a las planteadas durante la propia intervención.
Realizando sus propias investigaciones
Dentro del proyecto “Cazadores de Mitos” también se desarrolló una actividad educativa para los centros escolares en la que el alumnado debía plantear una investigación científica para demostrar la veracidad o falsedad de algunos mitos comunes, por ejemplo, ¿puede matarnos una moneda que caiga desde un edificio? Más de 200 equipos de estudiantes de 2º y 3º de ESO participaron en esta actividad y las mejores propuestas fueron presentadas en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Colaboración entre investigación y práctica: una alianza útil para combatir la desinformación
"Cazadores de Mitos" es un ejemplo del potencial de la colaboración entre investigación y práctica para el diseño y evaluación de acciones de comunicación social de la ciencia. Desde su concepción hasta la evaluación final, el proyecto se apoya en una base interdisciplinar que asegura su éxito a la hora de conectar con su audiencia juvenil y tener el impacto deseado en la misma.
Como ya mencionamos en un post anterior, la colaboración entre investigación y práctica es esencial para abordar los complejos retos que enfrenta la comunicación científica en la actualidad. La colaboración para la realización de este proyecto se extendió desde su concepción hasta el final; durante su seguimiento y evaluación. Estas últimas fases son cruciales para ajustar las estrategias de comunicación y maximizar su impacto.
La Convocatoria de ayudas para el fomento de la cultura científica, tecnológica y de la innovación de FECYT, que estará abierta hasta el próximo 30 de octubre de 2024 a las 13 horas, incluye financiación específica para proyectos de colaboración entre investigación y práctica en comunicación científica. Te animamos a echarle un vistazo y pensar propuestas para esta línea de financiación que se lanzó por primera vez en 2023.