Para que la comunicación científica sea eficaz, la investigación y la práctica de este campo deben acercarse y compartir conocimientos y experiencias. Sin embargo, su colaboración se ve dificultada por diversos obstáculos; desde la falta de tiempo hasta la escasez de incentivos o de concienciación. El último número especial de la revista Journal of Science Communication está dedicado a reflexionar sobre estas cuestiones.
Orígenes Diversos, Objetivo Común
Las comunidades de investigación y práctica en comunicación científica tienen raíces sólidas, pero diversas y poco consolidadas.
Por un lado, está el campo de la investigación en comunicación científica, que a veces se denomina – como la web que aloja este blog - "ciencia de la comunicación científica”. Se trata de un amplio campo de investigación transversal y transdisciplinar, que abarca desde los diferentes modos de comunicación científica hasta el papel del periodismo científico y los efectos de los medios, o el análisis de las prácticas actuales. Este campo involucra la ciencia de la comunicación, la psicología, la sociología, la investigación educativa, y disciplinas como la biología, la ingeniería o las ciencias naturales.
Por otra parte, la comunidad de práctica de la comunicación científica no para de crecer y está cada vez más consolidada, profesionalizada y diversificada. Está formada por el personal investigador que participa en el debate público, profesionales que comunican desde universidades y centros de investigación, periodistas de ciencia, b/vlogers e influencers, o agentes de la política o la sociedad civil que hablan sobre ciencia. Cada grupo aporta su experiencia única, generando y compartiendo conocimientos.
Desafíos para la colaboración entre investigación y práctica en comunicación científica
En los últimos años se viene defendiendo que la investigación y la práctica de la comunicación científica deben crecer juntas. Los beneficios de esta colaboración van desde una investigación más relevante hasta una práctica informada. El personal investigador en comunicación científica podría remodelar su agenda de investigación trabajando con las comunidades de práctica. Esto mejoraría la relevancia de su trabajo y promovería avances en su área de estudio. La práctica de la comunicación científica, por su parte, podría mejorar su eficacia y conseguir involucrar a diferentes públicos.
Si nos fijamos primero en el lado de la práctica, a menudo se ha argumentado que sus profesionales pueden no tener mucha familiaridad con la investigación en comunicación científica. Es posible que simplemente no tengan tiempo para mantenerse al día de las últimas investigaciones. También podrían carecer de los conocimientos para interpretar dichas investigaciones. Incluso el mero acceso a los resultados de investigación puede verse obstaculizado por barreras de pago y limitaciones económicas. Además, las investigaciones sobre comunicación científica se publican en revistas de diferentes disciplinas. Por otro lado, a menudo la comunidad de práctica considera que la investigación desatiende sus perspectivas y la perciben como irrelevante para su trabajo diario. Es cierto que la investigación en comunicación científica rara vez ofrece respuestas claras a cuestiones prácticas específicas. Es más, a menudo se pueden encontrar conclusiones diversas y contradictorias. Por otro lado, la naturaleza - generalmente acelerada - del trabajo práctico exige tomar decisiones rápidas, lo que choca con los largos procesos de publicación académica.
Desde la perspectiva de la investigación, a pesar de reconocerse cada vez más el impacto social, suele priorizarse la investigación básica sobre la aplicada. La disciplina parece priorizar las publicaciones en revistas de prestigio y la obtención de financiación frente a la aplicabilidad práctica. Además, las infraestructuras académicas y de financiación también favorecen la investigación básica. Una posible explicación de esta tendencia podría ser la relativa novedad del campo de la comunicación científica. Para obtener reconocimiento y asegurar su lugar dentro de la academia, el personal investigador puede sentir la presión de centrarse en las métricas convencionales del éxito científico.
Efectivamente, aunar investigación y práctica no es tarea fácil. Ambos campos son diversos, afrontan sus propios retos y se enfrentan a las múltiples evoluciones de las sociedades actuales. Debemos considerar cómo integrar investigación y práctica para que ambas se beneficien y enriquezcan mutuamente.
Algunas iniciativas para cerrar la brecha en comunicación científica
La cooperación y el entendimiento mutuo pueden potenciar nuestra capacidad para comunicar la ciencia de forma eficaz. Solo así lograremos un campo más integrado y ágil.
Os dejamos ejemplos de iniciativas que gestionamos desde FECYT con el objetivo de lograr que la comunicación científica sea más eficaz, ética y profesional.
Recursos informados por la evidencia
Explora nuestra sección web dedicada a recursos para facilitar la aplicación de evidencias en nuestro trabajo. Encontrarás páginas webs, artículos, audiovisuales, guías… de utilidad práctica para profesionales de la comunicación científica.
Nuevo proyecto singular de la convocatoria FECYT
La última edición de la convocatoria de ayudas de FECYT incluyó un nuevo tipo de proyecto singular. Esta nueva línea de financiación está dedicada a colaboraciones entre las comunidades de investigación y práctica de la comunicación científica. Los proyectos pueden durar hasta dos años. El objetivo es tender puentes entre investigación y práctica para mejorar la efectividad de la comunicación científica mediante el uso de evidencias y conocimientos actualizados. ¿Comunicas ciencia y necesitas ayuda para saber con quién colaborar? En el siguiente punto te presentamos una base de datos de grupos de investigación. Empieza a explorarla ya y prepara vuestra candidatura para la próxima edición.
La primera base de datos de grupos de investigación en comunicación científica en España
Un punto de partida para profesionales de la comunicación de la ciencia en busca de investigadoras e investigadores con quienes colaborar para realizar una comunicación más eficaz. Hemos localizado 51 grupos de investigación en 31 universidades y 2 organismos públicos de investigación. Los temas investigados van desde la comunicación de salud o ambiental, hasta la ciencia y género, la participación ciudadana o la visualización científica, pasando por las controversias socio-científicas o la comunicación de riesgos.